Pesadillas para adultos

He crecido leyendo los libros de la saga ‘Pesadillas’ de R.L. Stine y, de hecho, fue gracias a ellos (y a películas como ‘Pesadilla en Elm Street’) por lo que me empecé a interesar por el mundo del terror. La nostalgia me puede y echo mucho de menos recorrerme la biblioteca municipal en busca de libros nuevos de ‘Pesadillas’. Por eso, no pude evitar ver como la fan más fiel la película homónima de 2015 basada en esta colección de terroríficos libros infantiles y en la figura de R.L. Stine, un film bastante mejorable pero entretenido.

Películas frikis aparte, hace poco he tenido el placer de leer ‘Superstitious’, la primera novela de terror para adultos de R.L. Stine. A pesar de que se publicó en el año 95, desconocía por completo su existencia y me llevé una gran sorpresa al localizar un ejemplar en la biblioteca. No sabía lo que me iba a encontrar ni si el estilo del autor diferiría mucho con su narración en ‘Pesadillas’, su serie de libros juvenil. Pero sí, la diferencia es evidente y en ‘Superstitious’ vemos a un escritor mucho más diabólico, sanguinario y morboso. Y eso, por supuesto, es de agradecer.

R L Stine pesadillas terror

Robert Lawrence Stine, el creador de nuestras pesadillas

Al más puro estilo de ‘Los crímenes de Oxford’, pero mucho más salvaje, ‘Superstitious’ tiene como escenario un campus universitario donde tienen lugar violentos y sangrientos asesinatos. Sara Morgan elige precisamente este momento para regresar a la universidad y volver a estudiar, lugar donde conoce al profesor Liam O’Connor. Su acento irlandés y sus supersticiones son rasgos que a Sara le parecen encantadores y hacen que se enamore de él, pero los crímenes del campus y otros sucesos aún más inquietantes empañan esta historia de amor idílica.

Aunque esta novela no tuvo tan buena acogida como los libros de ‘Goosebumps’ (‘Pesadillas’), éxito difícil de superar, merece la pena leer al R.L. Stine más maduro en una historia a la que no le falta detalle: violencia, sexo (¡y rock and roll!) y sucesos paranormales.

Nota: En España podéis encontrar el libro traducido como ‘Superstición diabólica’.

¿Qué pensaría Jane Austen de ‘Orgullo, prejuicio y zombis’?

Si Jane Austen levantara la cabeza y pudiera ver ‘Orgullo, prejuicio y zombis’, la excéntrica versión cinematográfica de su obra cumbre, ‘Orgullo y prejuicio’, se daría un susto de muerte. Y es que Burr Steers, el director y guionista de la película, ha roto todos los esquemas del clásico de Austen.

orgullo prejuicio y zombis

Por supuesto, hay muchas cosas que se mantienen invariables. Jane Austen vería a una Elizabeth Bennet interpretada por Lily James (‘Cenicienta’, ‘Downtown Abbey’) con el mismo carácter tozudo y escéptico que la protagonista de su libro. La soberbia de Mr. Darcy, al que da vida Sam Riley (‘On the road’, ‘Maléfica’), también se conserva en el filme. Incluso, Austen sería testigo de los estereotipos con los que cargaban las mujeres del siglo XIX, cuya máxima aspiración debía consistir en ser bellas, delicadas y encontrar un marido rico y con renombre que las mantuviera.

Darcy y Elizabeth en Orgullo, prejuicio y zombis

No obstante, la novelista también contemplaría sangre, vísceras y cerebros humanos. En ‘Orgullo, prejuicio y zombis’, una plaga de muertos vivientes invade el mundo y causa el caos en la apacible población inglesa de Meryton. Las tranquilas tardes de té y partidas de naipes se ven interrumpidas por estos pecualiares zombies (ya veréis por qué son peculiares, ya…) al que las damas y caballeros británicos hacen frente con dagas, sables y llaves de karate.

hermanas bennet en Orgullo y prejuicio y zombis

En definitiva, Jane Austen vería una película que, no os voy a engañar, es demasiado surrealista, pero tiene los sustos y puntos necesarios para entretener y acercarnos a una de las mayores obras de la literatura inglesa desde el punto de vista más creepy. Se escandalizaría, sí, pero seguro que también se alegraría de ver hasta dónde ha llegado la influencia de su novela. Y, desde el momento en que la viera, empezaría a devorar todas las temporadas de ‘The Walking Dead’. Seguro.

‘La cumbre escarlata’, la delicia de los amantes del horror sobrenatural

Guillermo del Toro (‘El laberinto del fauno’, ‘Pacific Rim’) ha regresado pisando fuerte. Con motivo de la Fiesta del Cine y el consecuente abaratamiento de las entradas, he aprovechado hoy para ver la nueva propuesta del director mexicano, ‘La cumbre escarlata’. Creo que han sido 3 euros muy bien gastados y que es una película que os gustará si sentís especial atracción por las pelis de fantasía con toques macabros. Sí, efectivamente, estoy pensando en Tim Burton.

la cumbre escarlata

La trama es sencilla: una joven escritora víctima de una tragedia familiar se enamora de un misterioso noble -pero arruinado- con el que decide casarse y marcharse a vivir a su tétrica mansión, conocida como La cumbre escarlata por el sangriento color que adquiere la nieve al mezclarse con la arcilla de las minas del lugar. Sin embargo, el galán caballero, que no es otro que el guapo actor Tom Hiddleston, no está solo: su inseparable hermana y unos inquilinos un tanto fantasmagóricos campan a sus anchas por la casa de color bermejo.

la cumbre escarlata

Para mí han sido 2 horas de disfrute y algún susto que otro. Aunque la califiquen como película de terror, yo no la incluiría como tal en el género o, al menos, lo haría con ciertos matices. Es una historia de pasión, amor, venganza y el peso del pasado, aunque también hay fantasmas, sustos y un par de escenas un poco gore. A continuación os ofrezco mi breve resumen:

Lo mejor:
– El guion es bastante original y la historia está bien hilada. Son dos horas de metraje que no se hacen nada largas.
– El reparto
 es bueno, sobre todo por Tom Hiddleston y Jessica Chastain. Charlie Hunnam también me ha sorprendido. ¡Qué bien que al final no hiciera de Christian Grey!
– Lo visual. En serio, disfrutaréis como niños de los alucinantes contrastes entre colores y de sangrientas escenas que resultan hasta bellas. Además, detalles como el vestuario están especialmente cuidados.
La película está plagada de referencias literarias, con claras alusiones a obras como ‘Otra vuelta de tuerca’ de Henry James, ‘El fantasma de Canterville’ de Oscar Wilde o la mismísima novela ‘Drácula’. De hecho, la protagonista, Edith (Mia Wasikowska), es un vivo reflejo de Mary Shelley, autora de ‘Frankenstein’.

Lo peor:
– Hay un par de efectos especiales poco pulidos. En la sala de cine se escapó más de una risita al ver el aspecto artificial de uno de los fantasmas.

– A veces se utilizan transiciones entre escenas de lo más cutres, tipo las que incluye el programa Movie Maker. Es una pena que una película tan cuidada estéticamente parezca en algunas ocasiones una presentación de Power Point.
– El doblaje al castellano, aunque me refiero particularmente al personaje de Edith, al que pone voz Michelle Jenner, cuyo tono es demasiado aniñado (y no puedo evitar acordarme de Hermione, lo admito).

la cumbre escarlata jessica chastain

En definitiva, si no sabéis qué ver durante estos días, tirad por el horror de Guillermo del Toro. No creo que os defraude.

El género de terror, un eterno marginado

Sé que hace mucho tiempo que no escribo, pero a veces los quehaceres universitarios me lo impiden. Sin embargo, hoy he estado reflexionando sobre algo que me gustaría compartir aquí: el género de terror está tremendamente infravalorado. Esto no quiere decir que no haya muchos seguidores de este género -que, de hecho, los hay-, pero a pesar de su éxito entre el público, la crítica -e, incluso, hasta el propio público- lo percibe como un género ‘menor’.

Hablemos, por ejemplo, de literatura. En una conversación con amigos o conocidos, es fácil que se enorgullezcan de haber leído ‘Los Miserables’, ‘Oliver Twist’ y hasta sagas juveniles como ‘Harry Potter’, pero rara vez alguien cita algún libro de terror como lectura preferida. Si acaso, algunas obras míticas de Stephen King como ‘Carrie’. ¿Quiere decir esto que en el género de terror no se hace buena literatura y que, por tanto, el estilo de sus escritores no es cuidado y merecedor de alabanzas? En mi opinión, no. Hay escritores de terror que no tienen nada que envidiar a los pertenecientes a los ‘géneros mayores’, como es el caso de Joe Hill, cuyo estilo literario me parece impecable. De hecho, los escritores de este género lo tienen más difícil, porque no es nada sencillo conseguir que un lector sienta miedo al leer. En mi opinión, es más fácil provocar llanto e incluso risa, pero… ¿miedo? Para eso hay que dominar perfectamente el ritmo de la narración y describir de forma detallada y con un léxico rico y visual los ambientes. A pesar de ello, este talento no es tenido en cuenta, y es algo que no solo podemos observar con autores contemporáneos, sino con algunos clásicos como Bécquer, del que se idolatran sus Rimas y se ignoran mucho más sus Leyendas, a pesar de la maestría que demuestra en ellas. Stephen King define a la perfección esta realidad en una entrevista para Rolling Stone: «Para algunos, si la ficción se convierte en superventas es necesariamente mala. Si algo es accesible para mucha gente, es para tontos, porque la mayoría de la gente lo es. Eso es puro elitismo. No comulgo con ello.»

Con el cine sucede algo muy parecido. Entre las películas favoritas de los cinéfilos rara vez se encuentran producciones de terror, independientemente del tipo que sean -clásicos como ‘La matanza de Texas’ o de estilo gore como ‘SAW’-. A pesar de ello, son películas que han marcado y que están llenas de escenas icónicas como el vídeo de ‘The Ring’ o el momento en el que Regan, la niña poseída por el demonio, baja las escaleras en ‘El exorcista’. Y hablando de ‘El Exorcista’, la cinta de William Friedkin es la única película de terror nominada a la categoría de Mejor Película en los Oscars, un dato que deja claro la consideración que tiene el género entre los críticos. Lógicamente, no digo que todas las películas del género sean de Oscar -de hecho, la calidad de las películas de terror se está resintiendo mucho actualmente y se innova más bien poco en los temas y en la ejecución-, pero muchas sí porque son auténticos espectáculos visuales -tal es el caso de ‘El Resplandor’ de Kubrick- y no deberían quedar relegadas simplemente a los festivales de cine fantástico y de terror como el de Sitges.

"Así que no te gusto, ¿eh?"

             «Así que no te gusto, ¿eh?»

Por suerte, hay un ámbito en el que parece que el género de terror se está revalorizando: el de las series. Ya no es solo que cada vez se produzcan más series de esta temática y que sean un éxito de masas -como por ejemplo, ‘American Horror Story’-, sino que son reconocidas por los críticos –‘The Walking Dead’– y se innova en productos de calidad –‘Bates Motel’ homenajeando a ‘Psicosis’ o la imprescindible ‘Penny Dreadful’-.

Me remito a la tesis de Stephen King para dejar clara mi opinión: porque un producto atraiga al gran público y sirva a la función de entretener, no quiere decir que sea menos valioso o elaborado. Esto es lo que sucede con el género de terror, una creación divina -o diabólica- que alberga auténtica obras de arte y, sobre todo, no deja nunca indiferente.

Víctor Blázquez: «Contar historias siempre ha sido mi mayor sueño»

Primero fueron los zombies; después, los extraterrestres y, ahora, los nazis. Después del gran éxito de “El cuarto jinete”, Víctor Blázquez no ha parado de escribir. Los zombies de “El cuarto jinete” le supieron a poco y, por eso, se atrevió con su secuela, “El cuarto jinete: Armagedón”. Al escribir “Orilla intranquila” decidió cambiar de criaturas, sustituyendo los muertos vivientes por alienígenas, aunque el tema del apocalipsis seguía presente. Ahora acaba de lanzar “No existen los monstruos”, una obra que se adentra en los secretos de la Segunda Guerra Mundial, conservando sus toques de terror más personales.

No existen los monstruos

Portada de «No existen los monstruos», el nuevo libro de Víctor Blázquez

“Checoslovaquia está ocupada por los nazis y un grupo de guerrilleros se lanza en paracaídas tras las líneas enemigas con el objetivo de preparar el mayor atentado que los Aliados hayan planteado jamás. Con ellos viaja un americano del que nadie sabe nada y, por tanto, del que desconfían. Y, mientras tanto, en Praga se suceden una serie de muertes terribles…”. Estas son las palabras que Víctor nos desvela sobre su último libro, “No existen los monstruos”, que vio la luz el pasado 22 de noviembre. Aunque es un thriller histórico, el autor reconoce que incluye “acción, suspense y amor” y, como no, “unas gotitas de terror”.

Aunque opina que madura como escritor con cada historia que escribe, su estilo propio está más patente que nunca en esta historia. Es un libro del que está muy orgulloso no solo por el resultado, sino por su largo proceso de gestación: “La labor de documentación ha sido exhaustiva y agotadora. Esta novela lleva en mi mente más de cinco años sin decidirse a salir y, mientras tanto, no he dejado de leer e informarme sobre el tema”. Y es que no solo ha investigado sobre la vida en aquella época, sino sobre armamento, vestuario y todo tipo de detalles que se incluyen en la obra. “Incluso, aproveché un viaje de placer a Praga para visitar algunas de las localizaciones”, explica, “He intentado ser lo más exhaustivo posible en la documentación, aunque luego mi estilo de narración tienda más a lo visual que a lo descriptivo y se salte algunas cosas”.

Precisamente es su estilo innovador el que le ha hecho un hueco en el mundo literario. Con “El cuarto jinete” ya experimentó con la inusual narración en segunda persona y, por supuesto, con los zombies. “Elegí a los zombies porque siempre me han gustado por la capacidad que tienen para arrinconar a los personajes y llevarlos al límite”, explica Víctor, “Además, otra razón de peso es la puerta que ha abierto la línea Dolmen a los autores noveles en su línea 5”. Y es que Víctor ya nos contó en otra entrevista que la “moda” actual por el género Z le ha dado más visibilidad, así como “El cuarto jinete” le ha abierto una puerta inmensa: “Yo escribo desde hace muchos años pero no había publicado nada hasta entonces”.

Otra de sus innovaciones llegó con “Orilla intranquila”, un libro especial por, entre otras cosas, tener banda sonora. El escritor eligió la canción “Valientes” del grupo Histeria Innokua para “hacerlo más inmersivo” y “enriquecer la historia”. Aunque la canción no habla de invasiones extraterrestres en el sentido literal, sí hace referencia a la lucha y a la resistencia, por lo que Víctor recomienda acompañar la lectura con la música de fondo. La música es un atributo que puede hacer disfrutar más este libro que el autor sevillano escribió por su interés en la cultura precolombina, entre otras cosas, aunque confiesa no sentir mucho miedo por las profecías.

Con V de Víctor
Hace ya unos cuantos años, un niño sudoroso sostenía un termómetro en la boca y era engullido por una decena de mantas. Mientras Víctor pasaba el sarampión, su madre le leía un libro de aventuras y fantasía. Fue entonces cuando se dio cuenta de que quería ser escritor. Quería materializar esas épicas batallas que imaginaba en su mente y, de hecho, lo hizo. “Empecé a leer con más ganas y a escribir mis historias en un cuaderno que aún conservo. Eran unas historias terribles, pero mi madre las leía con pasión”. A partir de entonces nunca dejó de escribir, aunque también pensó en ser director de cine y contar historias mediante imágenes. Víctor sonríe: “Contar historias. A eso se reduce todo, ¿no?”

Víctor Blázquez

El insaciable lector de Stephen King y Adam Folsom, entre otros, opina que un escritor nace y se hace. “Hay una parte que se nace, que es el deseo de contar historias. Pero es imposible ser escritor si no te haces, si no te formas y lees y escribes mucho. Y, sobre todo, si no te rodeas de gente que te encauce y te muestre tus puntos fuertes y débiles”. También nos cuenta que no tiene una fórmula particular para crear sus personajes. Simplemente, piensa lo que “le vendría bien a la historia” (por ejemplo, un tipo egoísta) y lo toma como punto de partida para después profundizar. Además, siempre intenta dotar a cada personaje “de algo positivo y algo negativo” e, incluso, a veces se inspira en gente que conoce, aunque coge “cosas tan pequeñas” de ellos que no cree que alguna vez lleguen a sentirse identificados.

Aunque puede parecer que un escritor de terror no le tiene miedo a nada, Víctor confiesa su mayor temor en la vida: “Todos mis miedos están relacionados con mis hijos. Que les pueda pasar algo me aterra”. Recordando de nuevo a ese niño con sarampión que soñaba con historias de guerrero y criaturas, confiesa que temía a la oscuridad. “Luego llegó Expediente X, me enganchó y acabé perdiendo el miedo a la oscuridad. Eso sí, los insectos a una distancia prudente, por favor”. También sonríe al recordar de su infancia películas como “Los goonies” o “El vuelo de los dragones” y afirma que puede recitar pasajes enteros. También es fan de “Pulp Fiction” y, en cuanto a películas de zombies, se queda con “28 días después”. Con el tema del fin del mundo no es tan conciso y cita numerosos films: “Doomsday”, “Mad Max” y, sin duda, “Armageddon”. Entre risas, pregunta: “¿Acaso no dicen que las mujeres lloran con Tú y yo y los hombres con Armageddon?”

BSO
Así como “Orilla intranquila” contaba con su banda sonora, ¿la vida de Víctor Blázquez también? El escritor nos desvela la música perfecta para 10 momentos de su vida.

– Lunes por la mañana. Las sábanas se te pegan pero tienes que levantarte.
“Iberia sumergida” de Héroes del Silencio. No hay nada que me ponga más a tono que esa canción.

– Conduces… en un atasco.
“Nostalgias imperiales”, de Bunbury.

– Conduces… en una carretera desierta y vieja, como la ruta 66.
Algo de White Buffalo. “The Whistler”, podría ser.

– Una tarde cualquiera estás jugando con tus hijos.
Aquí mandan ellos, probablemente “Los Cantajuegos”.

– Otra tarde cualquiera, momento con esa persona especial.
“El rescate”, Bunbury de nuevo. Es una canción preciosa sobre el amor.

– Sale el sol y decides salir a correr o montar en bicicleta para motivarte.
“El disparo de Lucky Luck”, de Histeria Innokua.

– Feliz Navidad.
Menos villancicos, lo que sea.

– Desempolvas álbumes de fotos antiguas.
“Yo mismo”, de Shuarma.

– Acabas de tener una idea literaria estupenda. ¡Proyecto a la vista!
Lo que le pegue a la historia. O lo que al menos a mí me parezca que le pegue en ese momento. Puede ser una banda sonora, por ejemplo. Me suelen motivar bastante.

– Acabas de terminar tu libro. ¡Uf!
Curiosamente, no tengo canción para esto…

Recorrido
El tiempo pasa y, a lo largo de su vida, Víctor confiesa que jamás olvidará lugares como México, donde se enamoró de sus costumbres y su gente. Tampoco su tierra, Sevilla, de la que tiene preciosos recuerdos sobre todo relacionados con su familia y amigos. Tiene claro que si fuese un superhéroe no sería uno “blandito” como Superman, sino otro más misterioso y con lado oscuro como Batman. Vaya donde vaya (por ejemplo, a lugares que quiere conocer como Venecia y Roma), nunca se marchará sin su reproductor de música y no echará de menos la tortilla de patata con cebolla (“¡Es un sacrilegio echarle cebolla!”). Y, finalmente, cuando sea un anciano y mire hacia atrás, desea que le recuerden como buena persona y buen padre. “No me importa si me recuerdan como buen escritor. Ni siquiera importa que sepan que escribí unas cuantas novelas en mi época. Me parece mucho más importante lo otro”.

Terroríficamente Poe

En este blog ya hemos hablado alguna vez de genios clásicos del género de terror. Por desgracia, no todo el mundo se deja embriagar por la magia de los autores de siglos pasados y se conforma con el «terror enlatado» que nos vende la industria hollywoodiense o las series de televisión. Nadie niega la importancia de best sellers actuales o de grandes estrenos cinematográficos (yo soy la primera que consume estos contenidos con ansias de pavor), pero muchas veces solo los antiguos escritores son capaces de presentar auténticas historias de miedo, narraciones ajenas a cualquier filtro, relatos puros y escritos con pluma y sangre. Y es que en la actualidad, con tantos efectos especiales y con argumentos tan explotados, parece que nada nos sorprende y que cuesta dar con una buena historia de terror. Por eso, a veces es bueno sucumbir a la nostalgia y sumergirse en el pasado para experimentar el verdadero horror…

El pionero del relato corto
Probablemente, aquel 19 de enero de 1809 el cielo se tornaba grisáceo y el frío desnudaba a los árboles de la ciudad de Boston. Así, en un panorama frío, hostil y terrorífico, nacería Edgar Allan Poe, que años más tarde llevaría al papel innumerables escalofriantes historias. Lo cierto es que Poe puede calificarse como un hombre polifacético, pues no solo se ganó la vida como periodista o crítico, sino que entregó su alma a la poesía. No obstante, las creaciones que más le dieron a conocer y que hicieron que su nombre quedara grabado en el firmamento de la inmortalidad fueron sus relatos breves. De hecho, Poe es considerado uno de los pioneros estadounidenses en este arte.

Entre sus cuentos destacan diversos géneros, como el detectivesco o el de ciencia ficción. Pero, posiblemente, los más interesantes sean los llamados por muchos macabros. Y lo cierto es que es una denominación que hace justicia al contenido… El estilo de Poe es exquisito, deteniéndose en los detalles y explotando la belleza incluso de los sucesos más trágicos. La temática es bastante variada, desde el sufrimiento por amor hasta la auténtica locura y sed de sangre. Y, lo que más me llama la atención (al igual que en las Leyendas de Bécquer) es esa forma de generar pavor casi instantáneo. No necesita imágenes ni ningún tipo de reclamo audiovisual, sino que con sus escenarios descritos y las sensaciones de los personajes es capaz de trasladar esos peligros a la realidad del lector, que no puede evitar interrumpir su lectura y vigilar sus espaldas…

Para acabar, quería citar los dos cuentos que más me han dejado petrificada. Para muchos críticos y lectores, Los crímenes de la calle Morgue es la obra cúspide de los relatos de Poe, pero yo he «sufrido» bastante más con El gato negro. Quizá es porque estoy acostumbrada a que el centro de mis pesadillas sea ocupado por asesinos, psicópatas o zombies, es decir… humanos (o casi). Sin embargo, este breve relato ha conseguido que tiemble al pensar en la maldad escondida en el animal protagonista de la historia: un gato. ¡Un simple gato! Una pequeña criatura que desencadena terribles acontecimientos, que provoca macabras prácticas y que intimida solo con la mirada amarillenta.

La otra historia que me ha hecho estremecer ha sido Lady Ligeia, un relato de amor que, sin necesidad de incluir sangre, vísceras y torturas, mantiene la tensión durante toda la lectura y eriza el vello hasta del más valiente. Además, una especie de aire místico envuelve toda la obra… Muy, muy recomendable.

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Edgar Allan Poe (1809-1849) – Fotografía de Kevin Dooley

No dudéis en leer al menos un cuento de Poe (son muy breves, de verdad), pero mientras lo hacéis no dejéis de vigilar vuestras espaldas… por si acaso.

Anne Rice, una dama del terror

No son pocos los seguidores de Anne Rice (1941), una de las escritoras del género de terror más famosas. La escritora americana lleva engendrando célebres obras desde los 70, labrándose toda una reputación de genio del thriller. Ya lo admite ella misma al hablar de su biografía: lleva interesándose por los vampiros y la brujería desde su niñez, temas que ha repetido sin cesar en sus libros. La industria hollywoodiense no ha hecho más que acrecentar su éxito adaptando historias como Entrevista con el vampiro La reina de los condenados a la gran pantalla.

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Populares actores como Brad Pitt han encarnado a los personajes de Rice.

Un estilo inconfundible.
Los libros de Anne Rice se componen de páginas plagadas de historias sobre espiritismo, bebedores de sangre y brujas. Todas las historian están narradas de forma detallada y con gran énfasis en las descripciones tanto de personajes como de escenarios. Los capítulos suelen ser bastante extensos y el estilo de Rice, pausado, pero el ritmo y la intriga se mantienen hasta el último momento. La capacidad de la escritora de Nueva Orleans de relacionar historias y personajes es asombrosa, provocando en el lector el deseo de descubrir nuevos puntos de enlace del enrevesado argumento. Además, la autora de trilogías como Las brujas Mayfair combina técnicas narrativas como el informe con ágiles y dinámicos diálogos. También demuestra un gran conocimiento histórico, pues suele contextualizar bastante bien sus relatos (por ejemplo, en Las brujas Mayfair describe detalladamente la historia de cada bruja de la familia Mayfair, tanto las pertenecientes al siglo XVI como las más actuales). Cabe destacar que otra de las claves de su éxito es la temática, que abarca ámbitos bastante atrayentes y morbosos para el espectador como los sucesos paranormales, la religión y el sexo.

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Anne Rice es una de las mujeres que más ha aportado a la literatura de terror y que más ha inspirado a escritores posteriores. Ha influido en varias generaciones con historias originales, intrigantes y dramáticas. Ha creado personajes (como el vampiro Lestat) que se han internado en nuestro imaginario. En definitiva, ha descubierto nuevas formas de entender el terror y ha sabido plasmar en el papel sentimientos como la curiosidad, el deseo y, sobre todo, el pavor.

Siempre recomendada, Mrs Anne Rice.

Terror vintage.

Los escritores y cineastas experimentan con el terror para conseguir éxito. ¿Cómo lo hacen? Creando películas de carísimos efectos especiales o libros de enrevesados argumentos terroríficos. No obstante (y es una opinión totalmente subjetiva), creo que el arte de inspirar miedo no entiende de presupuestos ni de modas. De hecho, las historias más escalofriantes datan de unos siglos atrás…

En esta pequeña entrada voy a mencionar a un genio: Gustavo Adolfo Bécquer. Además de sus versos amorosos, este escritor del Romanticismo español es famoso por sus espeluznantes Leyendas.
En ellas, Bécquer plasma los elementos fantásticos típicos del Romanticismos: tétricos paisajes como oscuros bosques y cementerios, fenómenos paranormales, espíritus, muerte y resurrección, etc.

Solo pluma y papel son necesarios para generar escalofríos e inspirar pavor, y para mí, Bécquer es un auténtico genio en esto. Historias sencillas pero punzantes y realmente terroríficas. Y puede que esto se deba, entre otras cosas, a que al considerarse «leyendas» siempre queda la duda de si son mitos o, por contra, forman parte de la realidad…

Sea como sea, aquí os dejo un link dónde podéis leerlas totalmente gratis y cuando queráis (aunque merece la pena comprarse el libro que las recopila):

http://www.vicentellop.com/TEXTOS/becquer-leyendas/leyendasbecquer.htm

¿Mi recomendación? La leyenda 7 del tomo 2… «El miserere».

Y es que la literatura clásica no tiene por qué ser aburrida…

ABRIMOS LA TUMBA…

Hombres lobo y niñas diabólicas; zombies y vampiresas, me complace informaros de que esta tumba ya está abierta.

Si quieres saber quién soy, desplaza tu sarcófago hasta PERIOZOMBIE.
Si quieres que te cuente más… sigue leyendo.

En este blog os contaré todo tipo de historias con el propósito de haceros sentir miedo/pavor/repugnancia y, en definitiva, que os tapéis de pies a cabeza cada noche.
La temática de los relatos es diversa: muertes macabras, lugares encantados, espíritus que regresan, muertos que reviven y pesadillas que atormentan.
No obstante, si te interesa algún tema concreto puedes proponérmelo en TÚ MANDAS EN ESTA TUMBA.

Además, también haré entradas especiales que traten sobre cine de terror, libros indispensables para no dormir, series diabólicas, leyendas, personajes de nuestras pesadillas…

Pronto empezaremos a recorrer el camino hacia el cementerio.
Puedes acompañarme, pero no podrás salir.