¿Por qué mis series favoritas son de terror?

Me he percatado de algo: la mayoría de series que sigo son de terror. Es algo que no puedo evitar. Donde esté un buen drama macabro o una comedia terrorífica, que se quite todo lo demás. Así que, sin más dilación, os dejo algunas recomendaciones especialmente dedicada a los seriéfilos amantes del género de terror:

1. The Walking Dead (AMC)
Sí, soy consciente de que ‘The Walking Dead’ es un producto de masas, una serie seguida por millones de espectadores como, por ejemplo, ‘Juego de Tronos’. Aun así, yo no me cansaré nunca de recomendarla a todos aquellos que, por increíble que parezca, todavía no han visto ni un solo capítulo. A lo largo de sus 7 temporadas, ‘The Walking Dead’ ha sabido renovarse y no perder el ritmo, fidelizando a una audiencia que sigue la serie no solo por sus genialmente caracterizados zombies, sino por unos personajes con los que es fácil empatizar y a los que duele mucho verles morir en pantalla.

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2. Penny Dreadful (HBO)
Amo esta serie porque ha sacado de los libros clásicos de terror a personajes como Drácula, Frankenstein o Dorian Gray para protagonizar una trama gótica de lo más emocionante. La serie recrea a la perfección el Londres más tenebroso del siglo XIX, todo ello con un reparto estelar claramente dominado por la gran Eva Green.

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3. Scream Queens (FOX)
Reconozco que a veces me pongo muy pesada con esta serie, pero es que no me puede gustar más. Para mí es de las mejores comedias de los últimos años y un genial homenaje al género slasher. Tiene un regusto noventero afrodisíaco y cuenta con actores míticos como Jamie Lee Curtis o John Stamos. Si queréis saber más sobre la serie protagonizada por las insoportablemente divertidas Channels (Emma Roberts, Abigail Breslin y Billie Lourd), aquí podéis leer más.

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4. Bates Motel (Universal)
Quién tras ver ‘Psicosis’, una de las películas más famosas de Alfred Hitchcock, sintiera curiosidad de saber más sobre la relación entre Norman Bates y su madre, esta es su serie. ‘Bates Motel’ es una precuela del clásico de Hitchcock ambientada en la actualidad, pero plagada de guiños a los años 60. También os he hablado antes de ella por aquí.

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5. Stranger Things (Netflix)
Había pensado en reservar mi quinto puesto de series a ‘Hannibal’ o a ‘American Horror Story’, pero creo que el fenómeno ‘Stranger Things’ debía tener su lugar en esta lista. Es cierto que es más una serie de ciencia ficción que de terror, pero en ella abundan referencias a iconos del cine de horror como ‘Alien’ o ‘Jaws’. A todo esto hay que sumar su tétrica estética y su macabro monstruo protagonista, el Demogorgon.

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Espero que os haya gustado este repaso por mis series de terror favoritas. ¿Me recomendáis alguna más?

P.D: Sé de una serie que posiblemente ocupe un lugar en futuras listas y, por supuesto, en mi corazón. Se trata de ‘Santa Clarita Diet’, la última apuesta de Netflix que podremos ver a partir de febrero. Ya os contaré, amigos.

El género de terror, un eterno marginado

Sé que hace mucho tiempo que no escribo, pero a veces los quehaceres universitarios me lo impiden. Sin embargo, hoy he estado reflexionando sobre algo que me gustaría compartir aquí: el género de terror está tremendamente infravalorado. Esto no quiere decir que no haya muchos seguidores de este género -que, de hecho, los hay-, pero a pesar de su éxito entre el público, la crítica -e, incluso, hasta el propio público- lo percibe como un género ‘menor’.

Hablemos, por ejemplo, de literatura. En una conversación con amigos o conocidos, es fácil que se enorgullezcan de haber leído ‘Los Miserables’, ‘Oliver Twist’ y hasta sagas juveniles como ‘Harry Potter’, pero rara vez alguien cita algún libro de terror como lectura preferida. Si acaso, algunas obras míticas de Stephen King como ‘Carrie’. ¿Quiere decir esto que en el género de terror no se hace buena literatura y que, por tanto, el estilo de sus escritores no es cuidado y merecedor de alabanzas? En mi opinión, no. Hay escritores de terror que no tienen nada que envidiar a los pertenecientes a los ‘géneros mayores’, como es el caso de Joe Hill, cuyo estilo literario me parece impecable. De hecho, los escritores de este género lo tienen más difícil, porque no es nada sencillo conseguir que un lector sienta miedo al leer. En mi opinión, es más fácil provocar llanto e incluso risa, pero… ¿miedo? Para eso hay que dominar perfectamente el ritmo de la narración y describir de forma detallada y con un léxico rico y visual los ambientes. A pesar de ello, este talento no es tenido en cuenta, y es algo que no solo podemos observar con autores contemporáneos, sino con algunos clásicos como Bécquer, del que se idolatran sus Rimas y se ignoran mucho más sus Leyendas, a pesar de la maestría que demuestra en ellas. Stephen King define a la perfección esta realidad en una entrevista para Rolling Stone: «Para algunos, si la ficción se convierte en superventas es necesariamente mala. Si algo es accesible para mucha gente, es para tontos, porque la mayoría de la gente lo es. Eso es puro elitismo. No comulgo con ello.»

Con el cine sucede algo muy parecido. Entre las películas favoritas de los cinéfilos rara vez se encuentran producciones de terror, independientemente del tipo que sean -clásicos como ‘La matanza de Texas’ o de estilo gore como ‘SAW’-. A pesar de ello, son películas que han marcado y que están llenas de escenas icónicas como el vídeo de ‘The Ring’ o el momento en el que Regan, la niña poseída por el demonio, baja las escaleras en ‘El exorcista’. Y hablando de ‘El Exorcista’, la cinta de William Friedkin es la única película de terror nominada a la categoría de Mejor Película en los Oscars, un dato que deja claro la consideración que tiene el género entre los críticos. Lógicamente, no digo que todas las películas del género sean de Oscar -de hecho, la calidad de las películas de terror se está resintiendo mucho actualmente y se innova más bien poco en los temas y en la ejecución-, pero muchas sí porque son auténticos espectáculos visuales -tal es el caso de ‘El Resplandor’ de Kubrick- y no deberían quedar relegadas simplemente a los festivales de cine fantástico y de terror como el de Sitges.

"Así que no te gusto, ¿eh?"

             «Así que no te gusto, ¿eh?»

Por suerte, hay un ámbito en el que parece que el género de terror se está revalorizando: el de las series. Ya no es solo que cada vez se produzcan más series de esta temática y que sean un éxito de masas -como por ejemplo, ‘American Horror Story’-, sino que son reconocidas por los críticos –‘The Walking Dead’– y se innova en productos de calidad –‘Bates Motel’ homenajeando a ‘Psicosis’ o la imprescindible ‘Penny Dreadful’-.

Me remito a la tesis de Stephen King para dejar clara mi opinión: porque un producto atraiga al gran público y sirva a la función de entretener, no quiere decir que sea menos valioso o elaborado. Esto es lo que sucede con el género de terror, una creación divina -o diabólica- que alberga auténtica obras de arte y, sobre todo, no deja nunca indiferente.

5 razones para no perderte ‘Bates Motel’

La sofisticada Marion Crane se desprende de su bata de seda. La superficie del plato de ducha tiene un tacto gélido. Antes de dejar que el agua se deslice entre su corta y rizada melena, abre un paquete de tamaño mediano que contiene una pastilla de jabón nueva. Comienza la ducha y, de repente…

Tanto los que hayáis visto ‘Psicosis’ como los que no, seguro que conocéis la escena. El inimitable Alfred Hitchcock dirigió en 1960 la película ‘Psicosis’, basada en la novela homónima de Robert Bloch. La icónica película consiguió cuatro nominaciones en los Óscars y se convirtió en todo un referente del cine de suspense y de terror. Son muchos los fans que la consideran una obra de culto, sobre todo por su protagonista, Norman Bates (Anthony Perkins). Seis décadas después, nació ‘Bates Motel’, serie a modo de precuela de la película que se centra precisamente en el personaje de Norman y en el de su madre, Norma, a la que estaba muy unido. La serie retrocede hasta el momento en el que Norma y su solitario hijo se mudan a White Pine Bay (esto es una licencia que se toman los creadores de la serie, ya que en la película el pueblo en cuestión es Fairvale, en California), un siniestro pueblucho donde compran un hotel: sí, me refiero a la famosísima posada Bates Motel.

Bates Motel

Aunque ya había oído hablar de esta serie, ha sido hace bien poco cuando me enganché a ella. Y creo que si os gusta el suspense y las buenas historias, a vosotros también os sucederá. Aquí tenéis unas buenas razones para que le deis una oportunidad:

1- Algo que deriva de ‘Psicosis’ mola sí o sí
Pensadlo. ‘Psicosis’ es una de las películas más famosas de Hitchcock (quizá incluso más que ‘Los pájaros’) y una de las mejores películas de la Historia del cine. Por tanto, cualquier cosa relacionada con ella, merece la pena. Bueno, siempre que ese producto esté bien hecho, pero os aseguro que ‘Bates Motel’ lo está. Después de ver ‘Psicosis’, te quedas un poco perplejo (tranquilos, no voy a hacer spoilers del final ni nada parecido), quieres saber más sobre el atrayente personaje de Norman. Y también de su madre, la única mujer a la que ha querido de verdad. Por eso, es extraordinario que la serie ‘Bates Motel’ retroceda unos cuantos años a la trama de ‘Psicosis’ y nos ayude a comprender mejor a los personajes de la película, a regalarnos la pieza que nos falta para completar la historia. ¿A qué esperáis? Eso sí, antes de ver ‘Bates Motel’, hay que ver ‘Psicosis’. Sí, claro que puedes ver primero la serie porque además es una precuela, pero te perderás muchos detalles interesantes. Además, ¡‘Psicosis’ es una obra maestra! Así que engancharse a ‘Bates Motel’ es la excusa perfecta para ver ‘Psicosis’, si es que no lo has hecho ya…

2- El tándem Norman-Norma (sobre todo Norma)
Hay hijos «enmadrados» y luego está Norman Bates. Eso es algo que quedó muy claro en ‘Psicosis’ y que se representa con mucho más detalle en ‘Bates Motel’. Como ya he dicho, la serie se centra en estos dos personajes y en su intensa relación madre-hijo, una relación que a veces puede llegar a ser tóxica. Pero, ¿quién intoxica a quién? Sea como sea, merece la pena adentrarse en las profundidades de esta estrecha unión y en ambos personajes y comprobar si los contratiempos de la vida (y de la locura) dañan los cimientos de este amor. Y, si me tengo que quedar con uno de los dos, elijo a Norma. Lo mejor de ella es que a veces crees que es una bruja controladora y en otros capítulos te entran ganas de abrazarla cual osito de peluche y protegerla de los malvados que quieren interrumpir su paz. Además, me gustan las series que están protagonizadas o co-protagonizadas por mujeres, sobre todo cuando sus personajes son interesantes. Y, en el caso de Norma, lo es. Bueno, y la genial interpretación de Vera Farmiga (‘Up in the air!’) también influye.

Norma, ¿la madre perfecta?

Norma: ¿la madre perfecta?

3- Ambientación: los smartphones sesenteros
Sin duda alguna, lo que más me ha sorprendido de ‘Bates Motel’ es su ambientación. Se supone que una serie basada en la adolescencia de Norman Bates debería estar ambientada entre los años 40 y 60, pero los productores decidieron situarla en la actualidad, en pleno siglo XXI. Y, sorprendentemente, les salió bien. Por eso, no es de extrañar ver a Norman enviando un whatsapp o a Norma utilizando un moderno secador de pelo. Pero el toque original es que a veces se incluyen en la serie elementos propios de los años 50, sobre todo en la casa y entorno más cercano de Norman y su madre. Por ejemplo, Norman es un fanático de las películas antiguas en blanco y negro y Norma suele vestir con un estilo retro, más propio de los años anteriores a ‘Psicosis’, además de conducir Mercedes W111 también clásico. Esto es una forma de construir un nexo entre la actualidad y la época real en la que tuvieron lugar los hechos.

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    Los coches clásicos de Norma y Emma, un guiño a los años 60

4- «¿Ya se ha acabado el capítulo?» 
Muchos definen a Hitchcock como «el maestro del suspense», algo que plasmó tanto en sus relatos como en sus películas y que han sabido adoptar en la moderna ‘Bates Motel’. Además de que los capítulos no son muy largos (de 45 a 50 minutos como máximo), es una serie con ritmo que sabe cómo combinar escenas más pausadas y en las que la personalidad de los personajes son lo más importante con otras mucho más dinámicas y cargadas de tensión.

5- All you need is love
Aunque el suspense, la locura y los sucesos inexplicables son los protagonistas de ‘Bates Motel’, tampoco podía faltar un toque de amor. Para empezar, el tímido y misterioso Norman da sus primeros pasos en materia amorosa de la mano de Bradley (¿Sabéis la típica rubia, guapa y pija a la que quieres odiar? Pues esa.) y Emma (una dulce aunque apasionada joven a la que el cáncer que le va asfixiando no le impide interesarse por los secretos que esconde White Pine Bay y sus recelosos habitantes). Pero Norma tampoco pierde el tiempo y utiliza sus más que evidentes armas de seducción en más de una ocasión.

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Venga, que ya tenéis plan para esos domingos lluviosos y aburridos en los que sentís que el mundo os tiene manía. Y además os gustará y daréis gracias a Hitchcock por empezarlo todo.