Ryan Gosling, el rey de lo macabro en ‘Lost River’

Fuego. Sangre. Música. Erotismo.

Desde que le vi en ‘Murder by numbers’, Ryan Gosling me enamoró como actor. En realidad lo conocí en ‘Young Hercules’, pero aunque estuve bastante enganchada a la serie, su corte de pelo era imperdonable. Sea como sea, Ryan Gosling me gusta, como podéis comprobar. Y no solo me refiero al Gosling de ‘El diario de Noa’ (que sí, por supuesto que es adorable), sino a los Goslings de ‘Drive’, ‘Blue Valentine’ y ‘Lars and the real girl’. A lo largo de su carrera como actor, el canadiense ha demostrado su talento y buen gusto aceptando papeles cada vez más complicados e atrayentes. Por eso, me interesó mucho conocer también su faceta como director, que dio comienzo el año pasado con el estreno de ‘Lost River’. Creo que soy de las pocas a las que le gusta también el Gosling director, tal y como demuestran las duras críticas que ha recibido desde su debut en Cannes, pero no me importa. ‘Lost River’ me ha sorprendido para bien y, aunque no es una película de terror, quería recomendarla en este blog por la exaltación de lo macabro que hay en ella. La película es una delicia visual (¿He sonado muy repelente?) y tiene escenas de lo más creepy. La muerte es hasta erótica gracias a Gosling. Vedla y ya me contaréis.

No voy a enumerar razones por las que merece la pena dar una oportunidad a Ryan Gosling en el ámbito de la dirección. Las imágenes hablan por sí solas.

Eva Mendes hace sexy lo gore.

           Eva Mendes hace sexy lo gore.

Este personaje os va a dar más miedo que Freddy Krueger.

Este personaje os va a dar más miedo que Freddy Krueger. Y su chaqueta, más.

Ojo a esta escena.

                                  Ojo a esta escena.

Y a esta.

                                      Y a esta.

'Lost River' no es tu peli si padeces pirofobia.

‘Lost River’ no es tu peli si padeces pirofobia.

Pero sí lo es si te gustan los lugares tétricos.

         Pero sí lo es si te gustan los lugares tétricos.

Disfrutadla. Y la BSO con voz de Saoirse Ronan, también.

La música nunca está demasiado alta

No es que le gustara mucho pintarse las uñas de negro, pero creía que le daban un toque siniestro y misterioso. Se recogió la lisa melena oscura en una coleta alta y oscureció sus párpados con una sombra de ojos muy densa. Ya estaba lista. En el autobús no se sentó a pesar de que había sitios disponibles, sino que permaneció sujetándose a la barandilla con la mirada grisácea perdida en las borrosas señales de tráfico. No era demasiado tarde, pero los días de invierno de Madrid se caracterizaban por saludar muy pronto a la oscuridad de la noche. La sala no estaba lejos de la parada, por lo que caminó con la mirada fija en sus botas negras que más que andar, se deslizaban sobre la desgastada acera. Tras mostrarle al puerta su tatuaje en forma de cruz gótica, entró sin problemas en el local. El ambiente estaba cargado y reinaba una mezcla de olores entre cerveza, orina y rock, mucho rock. Llevaba muchos años amando ese estilo musical y sabía que tenía un olor propio, así como un sabor parecido al de la guindilla y el chocolate negro fundido. En ese momento, el sentido que más sufría era el del oído, pues la música estaba demasiado alta y le perforaba los tímpanos. Bueno, en realidad, la música nunca está demasiado alta. Sin pensarlo demasiado, se zambulló entre la muchedumbre, acercándose a las primeras filas del concierto. En el destartalado escenario estaba él, tocando el bajo con pasión, casi con furia. Su gesto denotaba concentración y fiereza y sus ojos azules permanecían entre cerrados, como tallando la melodía en su interior. Normalmente, las chicas suelen fijarse en el cantante de los grupos de rock. Bueno, el guitarrista también llama bastante la atención, sobre todo si lleva un peinado llamativo y tiene una sonrisa de infarto. Incluso el batería tiene su toque enigmático. Pero, ¿quién se fija en el que toca el bajo? Si hasta hay gente que confunde el instrumento con una guitarra… Sin embargo, ella solo tenía ojos para él y su bajo color morado. No sabía si la veía (probablemente no, pues estaba absorto en la estruendosa canción), pero no le importaba. Se conformaba con mirarle desde la distancia, rodeada de barbudos tatuados y mujeres embutidas en ajustadas chupas de cuero que la empujaban en una especie de pogo infernal. La música era hipnótica, magnética. Sintió una euforia desbordante recorriendo cada poro de su pálida piel. Sintió una oleada de calor en el pecho, unas infatigables ansias de saltar y gritar. El volumen de la música ascendía y su cuerpo temblaba a causa de ello y de una intensa emoción, una emoción que provocaba que unas finas lágrimas teñidas de rimmel se deslizaran por sus mejillas. Sonrió, sintiendo el salado sabor de su llanto en la comisura de sus labios. Si existía el paraíso, era ese pequeño antro. Un paraíso infernal. Perdida en los potentes golpes de las batutas sobre los platillos, sintió una fuerte sacudida en todo su cuerpo. Al principio pensó que había llegado al éxtasis, que había alcanzado el nirvana. Pero cuando sintió la calidez de la sangre brotando de su costado y empapando su camiseta de Slipknot, cambió de opinión. La punzada de terror fue más fuerte que el propio dolor. No hizo falta que se girara, el gélido aliento de su agresor recorría su nuca y su cuello desnudo. El cuchillo se hundió más en su piel, haciéndola sentir un extraño cosquilleo. Intentó gritar, pero apenas salió de su boca un ininteligible hilo de voz. Nadie miraba, nadie prestaba atención. Todos dirigían la vista al escenario, a la potente guitarra, a la imponente batería, al atractivo cantante e, incluso, al reluciente bajo. Todos bailaban, cantaba, saltaban y gritaban. Parecía una especie de rito satánico. Gritó de nuevo, esta vez más fuerte, con más firmeza, pero obtuvo el mismo resultado. El cuchillo se hundió más en sus temblorosas carnes y casi pudo sentir la sonrisa del misterioso asesino sobre su pelo. De repente, movimiento rítmicos. El cuchillo salía de la herida y se hundía en otro lugar de su costado o de su espalda. Con cada puñalada, ella gritaba más, escupiendo intermitentes chorros de una sangre más oscura que su alma. Como toda respuesta, los instrumentos parecían sonar más fuerte y los gritos de la gente retumbaban en las desconchadas paredes cubiertas de posters de grupos de punk y rock. Conociendo su terrible final, ella recorrió la sala con un vistazo panorámico, reteniendo algunos detalles como las expresiones faciales casi pornográficas de los asistentes. Después, miró al escenario. Allí estaba de él, en aquel coito musical con su instrumento. Y, justo cuando la última puñalada perforaba su alma, él la miró. Sus penetrantes ojos se clavaron en ella, en aquella chica con la cara empapada de lágrimas y con la boca bañada en sangre. O, al menos, eso pensó ella antes de morir.

Terror japonés, delicia freak.

AVISO IMPORTANTE: Este post es solo apto para personas con un grado de «freakydad» superior al 75%.

¿Conocéis «Battle Royale»?
Un resumen rápido y gráfico: LIBRO – PELI – COMIC

Lo cierto es que yo conocí primero la película gracias a la recomendación de un amigo (freak, por supuesto), un largometraje basado en un libro que se convirtió en best seller debido a la polémica que suscitó. La película generó todo un fenómeno fan, por lo que el autor del libro, Koushun Takami, creó un manga de la historia del libro.

battle royale

Y os preguntaréis, ¿cual es el argumento?
Bueno, lo cierto es que los japoneses no se han complicado mucho la vida, pero gracias a su excentricidad y a una imaginación macabra han llegado al éxito.

Para controlar a los rebeldes adolescentes, el Gobierno organiza cada año un «juego»…
Los alumnos del instituto de Shiroiwa están ilusionados por realizar una supuesta excursión cultural, pero lo que no saben es que se dirigen a una deshabitada isla en la que se llevará a cabo el macabro juego… Las reglas son muy simples: cuando pasen tres días, solo puede quedar un estudiante en la isla. Para ello, los compañeros deberán matarse entre ellos hasta que solo quede un superviviente y, en caso de no suceder eso, unos collares metálicos que lleva cada uno en el cuello explotarán. Simple pero escalofriante.

Y, en mi opinión, no es una peli friki sin más. Puede plantear una pregunta: En casos extremos, ¿seríamos capaces de matar a seres queridos para sobrevivir? Parece fácil pero… bueno, mejor no verse en la situación.

Aun así, lo que más llama la atención del film es la forma tan despiadada que tienen los alumnos de matar a sus propios compañeros. Cada joven tiene un arma distinta (desde una metralleta hasta unos simples prismáticos), y con ese arma tienen que defenderse y acabar con la vida de los demás para salvar la suya. Algunos sucumben al terror y acaban suicidándose, pero la mayoría deja a un lado todo tipo de compañerismo y dispara, clava estacas o decapita a quien intenta impedir su victoria.

battñe royale

Una película para pasar un rato de sufrimiento que… ¡está en Youtube!   ( http://www.youtube.com/watch?v=tooORxF8pPU )

¡Ah! Y para los que se queden con ganas de más hay una buena noticia. Existe una segunda parte de «Battle Royale» (no basada en ningún libro), aunque no puedo opinar porque no la he visto. En cuanto a la primera parte, aunque es muy desagradable y no apta para gente con miedo a la sangre, mantiene la tensión hasta el último minuto.

battle royale

Y es que los japoneses nos ganan hasta en locura…

¿Por qué nos atrae tanto Tim Burton?

El excéntrico director de cine, Tim Burton, tiene detrás una inmensa legión de fans. Sus producciones agotan las entradas de cine y sus fans hablan de él como si fuera un maestro, un genio, un dios.
¿Cuál será la razón por la que este mítico californiano ha cosechado tanto éxito?

– Infancia oscura: No sé si «oscura» es el adjetivo más adecuado, pero lo cierto es que la niñez de Burton se caracterizó por la excentricidad. Sí, ya apuntaba maneras. Sus propios vecinos le definían como un inadaptado social, y este rebelde adolescente no estaba demasiado interesado por los estudios, pero sí por el cine y por el arte. Solía representar macabras obras de teatro con su hermano, y su mente siempre estaba ideando todo tipo de terroríficas historias. Quién le iba a decir a este chico extraño de poco amigos que un día alcanzaría la fama (¡y de qué manera!).

– Diferenciación: Además de una historia personal conmovedora (típico famoso que cuando era un don nadie, era marginado y pasaba desapercibido), Burton destaca por su autenticidad, por sus trabajos totalmente fuera de lo común y distintos al resto. Sus cortos y películas poseen argumentos de inesperados finales, y su imaginación alcanza límites insospechados. Podemos decir que Burton es una nueva forma de arte. Los paisajes y escenarios de sus películas son icónicos (al verlos, los identificamos rápidamente con la mano burtoniana) y el diseño de los personajes es muy personal. Tim ha sabido diferenciarse de los demás, ha creado una nueva forma de ver el cine y ha alcanzado el éxito que muchos pensaban que no conseguiría jamás.

– Dibujos: Y es que Burton no es solo famoso como cineasta. Lo cierto es que sus esbozos son considerados objetos de culto, al igual que su obra escrita (como «La melancólica muerte del chico ostra», un libro de inquietantes versos e ilustrado por sus típicos macabros dibujos). Y precisamente del producto de su pluma, se ha creado todo un mercado burtoniano (como los famosos muñecos del Chico ostra y los demás personajes dibujados por Burton).

– Su entorno: Al igual que su infancia parece sacada de una de sus películas, su vida actual no es tan distante. Burton conserva su tenebroso estilismo, está casado con la excéntrica Helena Bonham Carter  y en su círculo de amistades se encuentra el admirado actor Johnny Depp. De hecho, el talento de Carter y de Depp está muy ligado al de director, por lo que ambos actores han participado en muchísimas producciones de Burton.

– Terror + sentimentalismo: Mucha gente puede pensar que el cine de Tim Burton se basa simplemente en inspirar miedo, en lo terrorífico y oscuro, pero no es así. Aunque los ambientes suelen ser muy similares (misteriosos, tenebrosos…) las historias siempre poseen una moraleja, hacen pensar al espectador (como en «James y el melocotón gigante», que invita a la reflexión sobre el valor de la amistad) y en ellas se mezcla el pavor con la amistad, el amor («La novia cadáver») y otros sentimientos.

De esta manera, Burton es considerado una figura del cine, pero también es apreciado como genio, es querido por su historia y por su imaginación, por su incomprendida (ya no) manera de ver el mundo.
Personalmente, me recuerda un poco al arte de Vincent Van Vogh, que plasmó su locura en unos cuadros que jamás vendió mientras estuvo vivo, y que actualmente valen millones.
Por suerte, Burton ha presenciado antes de morir cómo su obra ha llegado a lo más alto.

Y por estas, y seguramente por más razones, es por lo que nos gusta tanto Tim Burton.

Johnny Depp y Tim Burton

Tim Burton y Johnny Depp en el rodaje de «Sleepy Hollow».

El éxito de SAW.

SAW. Tras estas tres letras se esconde todo un fenómeno fan amante de la larga saga (nada más y nada menos que 7 películas).
Aunque hay diversas opiniones, hay que decir que, en general, el éxito de la serie cinematográfica ha aguantado hasta el final. A pesar de que algunos fans consideraban que las películas ya se repetían un poco, lo cierto es que la intriga ha permanecido hasta el final, o al menos las torturas de los films han sido lo suficientemente llamativas para seguir despertando interés.

La película tiene su argumento ( aquí podéis leer cómo comienza la historia y clickar los enlaces de la sinopsis del resto de películas: http://es.wikipedia.org/wiki/Saw ), pero hay que reconocer que lo que más recuerda la gente son las sangrientas torturas maquinadas por Jigsaw.

No obstante, muchos críticos de la industria del terror aseguran que estos films no pueden considerarse precisamente películas de miedo. Más bien lo consideran películas en las que lo que se valora es la sangre, la tortura, lo gore. De hecho, mucha gente se pregunta como, a falta de intriga, la saga ha podido subsistir y alimentar el hambre voraz de su legión de fans, creando nuevas muertes horripilantes.

¿Por qué SAW tiene tanto éxito? ¿Han sabido reinventarse y adaptarse a los gustos de los fans? ¿Qué ven los fans en películas basadas en torturas? ¿7 películas dan para tanto?

Realmente, si SAW ha seguido teniendo éxito tras 7 entregas y ha creado un auténtico fenómeno fan es porque la gente es morbosa por naturaleza. Sí, así es. Muchos lo negarán, pero ante escenas de sexo o de escabrosas y macabras muertes, el espectador no se despega de la pantalla.
Si no lo creéis, comprobadlo. Entrad en cualquier periódico digital, sobre todo en el apartado de Sucesos, y veréis qué noticias son las que más os atraen. Sí, aquellas más extrañas, estrambóticas y de asesinatos dignos de películas de suspense y de terror. Pues en la cultura, y más concretamente en el cine, pasa lo mismo.
¿Qué tiene de divertido ver morir a gente torturada? Puede sonar muy fuerte, pero algo tiene, porque atrae a gente. El morbo está ahí, y posiblemente ante películas de terror con argumentos más elaborados e intricados SAW gane el asalto con sus ya míticas torturas, porque lo que el gran público demanda es sangre, sufrimiento y escenas escalofriantes.

tortura de SAW

En esta escena de uno de los films, la gente se amontona para presenciar la horrible muerte del chico. Claro ejemplo de los intereses del gran público, movido por el morbo

Y no hay que pensar que el morbo es malo. Simplemente, está ahí, y es uno de nuestros intereses (al menos de la mayoría de la gente).

Es inevitable que los argumentos se repitan o sean típicos, y es más difícil reinventarse en ese aspecto que en crear nuevas muertes, tarea más sencilla. Aun así, y como total opinión personal, me parece admirable el trabajo de los productores de la saga, pues el número de torturas que aparecen a lo largo de las 7 películas es inmenso, y aunque algunas han podido resultar simples y repetitivas, en general han tenido mucha imaginación para crear situaciones realmente escalofriantes y no aburrir al espectador.
Además, aunque pueda parecer que estas películas no enseñan nada, lo cierto es que la saga SAW tiene una especie de moraleja: todo ocurre por alguna razón, y toda acción tiene sus consecuencias. Es decir, toda persona que haga daño a alguien, puede ser pagada con la misma manera en un futuro. Vamos, que Jigsaw es concebido por muchos como una especie de justiciero sangriento. Una especie de vendetta desviada hacia su lado más oscuro…

SAQ

Y vosotros, ¿sois fans de SAW? ¿Qué opináis de su éxito? ¿Incluiríais esta saga en el cine de terror o creéis que pertenece a otro género? Podéis opinar cuando queráis, queridos zombies.

¡Ah! Y aunque no tenga demasiado que ver, me gustaría destacar una cosa: la banda sonora. Es un detalle esencial en toda buena película que se precie, y lo cierto es que la BSO de SAW ha sabido ganarse al público y constituye uno de los símbolos de las películas. Inquietante y arrolladora, la banda sonora de SAW siempre despide cada película. Y hoy, también nos despedimos con esta terrorífica y sangrienta melodía.